Cambiaron flota por tren, aunque la espera les acompañó tambien. Excepcionalmente sólo una 1 hora de más estuvieron en el andén. Acomodados ya en el vagón A101 pasaron por paisajes hermosos y pudieron comprobar como por el pasillo desfilaban con soltura, cuñapés, majaditos, sonso y asaditos, todos en harmonía, y con gran cortesía las señoras sus productos vendían.
Llegados a San José de Chiquitos, de nuevo discursos hubo, esta vez con distinción. Los libros se reparten cada día por caminos imposibles para llegar a distintas comunidades donde por no tener ni luz, ni agua potable había. A la entrega de los libros, todo el mundo iba, padres de familia, comite cívico, maestros y maestras, directores. Agotados al final, espalda ni piernas sentían y volviéronse a su lugar en una noche bien fría. Al fin se acabó la tarea para la que ellos venían, ya que Samaipata quedará para otro día.
Manolo y Tatiana. Bibliotecarios Más que Satisfechos.
Dedicado con mucho cariño por los dias compartidos en San José de Chiquitos, a Pepa, más que una Guerrera, a Olga, positiva y dando ánimos con sólo su presencia, a nuestra dulce y querida Ordoqui y como no, a Carlos (Óscar Hallens, un hallazgo en el camino).
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