Una nueva jornada de aventuras ya apuntaba en el alba. Quedando un único destino por resolver, se decidió por hacerlo en tren.
De aquí para allá, de allá para aquí, las cajas de mano en mano pasaban, cuatro veces cuatro, 1000 Kg de lugar cambiaron.
Hasta que en una bodega de tren acabaron.
!Cuánta dicha, qué placer! !!No se lo podían creer! Y lloraron de placer.
Manolo y Tatiana. Bibliotecarios satisfechos, la cultura está en los destinos.
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