Encamináronse nuestros bibliotecarios mochila en listre, subidos en veloz flota rumbo a las misiones. Más no contaban con Pailón cuya maraña tejía cual trampa que tardaron en librar en 2 horas de espera. Llegados a destino, en plena tarde calurosa, buscaban la Casa de España, allí recibidos serían por Don Hilario fijando así una nueva residencia. Una vez instalados, empezaron sus contactos para organizar el reparto deseado. En Concepción libros había, pero no maestros existian, menos mal, pues hubo que de nuevo reconducir el plan, libro aquí, libro allá. Al final todo se hizo, selección, reparto, discursos incluidos en sitios diversos, comunidades y zonas rurales.
Volvieron contentos a Santa Cruz, después de trabajo buen hecho, donde continuaron sus andanzas.
Manolo y Tatiana. Bibliotecarios Satisfechos.
Crónica dedicada a todos los seguidores y a todas las seguidoras de la Campaña en Bolivia, en especial a Begoña Rudi y a la Familia Ordoqui.
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