MMA,
GRUPO BOLIVIANO. MOMENTOS DE FELICIDAD...
Cuenta
Jorge Bucay en su historia "el buscador" como un día un
hombre llegó al pueblo de Kammir, deteniéndose a la derecha de un
sendero que le llamó la atención por su colina tapizada de un verde
maravilloso con cientos de árboles, pájaros y flores encantadas.
Imnotizado por la belleza decidió adentrarse en aquél lugar y como
buen buscador que era caminó lentamente entre las piedras blancas
que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles, y posando
su atención sobre una de ellas pudo leer una inscripción...
“Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se
sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era
simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que
un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a
su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado,
también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar
Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió
terriblemente
conmocionado. Aquél hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra
una lápida. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a
llorar, escena que vio el cuidador del cementerio que le preguntó si
lloraba por algún familiar, a lo que el buscador respondió que no,
que el motivo de su angustia era que en aquél cementerio sólo había
niños, y se preguntaba qué terrible maldición había para ello. El
anciano sonrió y trató de serenarlo para que pudiese oír la
explicación, contándole que era tradición en el pueblo que cuando
un joven cumplía 15 años, sus padres les reglan una libreta que
habría de colgar en su cuello y a partir de ahí, cada vez que esa
persona disfrutase intensamente de algo, debía abrir la libreta y
anotar en ella, a la izquierda lo que fue disfrutado, a la derecha
cuanto tiempo duró el gozo. Ese viaje esperado, el primer beso,
lograr un empleo, el embarazo.... Así cuando alguien moría sus
seres queridos abrían su libreta y sumaban el tiempo disfrutado
para escribirlo en su tumba, porque ese, dijo el cuidadod de aquél
lugar, es para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.
Aunque
no colgada del cuello, sí dentro de la mochila, hemos llevado esa
libreta, esa que ha recogido o ha intentado recoger cada minuto
vivido con la intensidad que se merecía, como si fuesen los últimos,
y de ahí, en un intento de hacer la suma, hoy repasamos la cuenta.
El
descenso del avión a Santa Cruz, lo que un@ siente cuando ve que se
está acercando, que llega, que vas a vivirlo y ya no hay marcha
atrás, que tienes toda una impresionante experiencia por delante, de
la que no tienes ni idea, pero no te ha dejado conciliar el sueño en
las últimas semanas............................................................................30
minutos
Ver
a Lidia en el aeropuerto, que se abran las puertas tras haber logrado
pasar todo el material para las escuelas de Santa Cruz, ver que ella
está allí, con esa preciosa sonrisa y sentir que ella se ocupa,
permitiéndote despreocuparte, mirarla y sentir por primera vez el
equipo............................................................................................................15
minutos
Ver
Santa Cruz por primera vez. Esas calles caóticas, con cableado,
personajes bailando en los cruces, ciudad de los anillos. Sentir esa
cálida brisa de invierno que se agradece a ratos y a otras se le
pide que se marche. Los helados y zumos de la calle más apetecibles
imposibles, prohibidos (sólo al principio)...........................................................45
minutos
Llegar
al bolivar, sentir su frescor envuelto en palmeras, su colorido, los
tucanes, ver las caras de buena gente y hablar con voces de buena
gente, la dulcura de las personas, la perpetua sonrisa . TODAS y cada
una de las noches que llegamos y aún con un desorden ya común en la
reserva de las habitaciones, te sentías en casa, te abandonabas al
descanso, te despertabas con el desayuno y la siempre compaía de
personas portadoras de mochilas, desconocidas del mundo que hablan en
diferentes lenguas pero con lenguaje
común...................................................................................................300
horas
Ver
las estrellas en un camino enterrado en barro en mitad de la noche,
el cielo más estrellado que vimos
jamás..............................................................................15
minutos
Momentos
de risa con los peques del hogar de Saavedra, bailes, conversaciones
no entendidas, risas
nerviosas..................................................................................10
horas
El
sabor del crudo y la verdura, del buen concinado, recuperar el gusto
en el paladar en la hermosa
Concepción........................................................................................10
horas
Leer
frases como "Si dios ha permitido que existan personas diversas
es porque confía en el ser humano", sentir que alguien se
encarga de lo que parece abandonado, maestras entregadas,
autodidactas,
invencibles.............................................................................................................3
horas
Cantar
en un pequeño Karaoke de calle, saboreando el fin del trabajo,
dejando al lado al adulto y pasando a ser niños en la
noche............................................................2
horas
Ver
aguas calientes, dejar que la selva te envuelva mientras la arena
masajea tu
cuerpo....................................................................................................................2
horas
Pasear
en la parte trasera de una caminoneta, sentir la brisa en tu piel,
ver atardecer, contemplar las estrellas, abrazos de compañer@s,
risas.....................................6 horas
Desayunos
con Lola, el olor a café brasileño, verla soñar y hacerte parte de
su
sueño..................................................................................................................10
horas
Sentir
el chorro de las cascadas en tu piel tras un largo camino por selva,
dejar rienda suelta al grito y a la adrenalina, sentirte pájaro que
vuela
libre.......................................................................................................................4
horas
Paseos
en trufic con risa nerviosa ante el muy probable accidente,
conversaciones, luciérnagas, música, boas, tucanes, palmeras....
Regalos para los
sentidos...............................................................................................................40
horas
Viajar
en tren nocturno, adentrarte en parajes impresionantes bajo la luna
llena en un cómodo
asiento.....................................................................................................8
horas
Ver
volver a tus seres queridos tras haber estado separados unos días,
abrazos, risas, anécdotas, regalos, el saber que continuamos juntos
la aventura.................30 minutos
Tomar
té en la escuela de Nani, bajo la puesta de sol de aquél paraje
natural que atiende a la diversidad como sólo una mami que la vive y
respeta puede
hacerlo................................................................................................................3
horas
Tomar
el primer helado, zumo y ensaladas prohibidas, comprobando que sigues
vivo y tu estómago
también.....................................................................................
15 segundos
Despedir
San Miguel en un baile nocturno con los compañer@s de curso y
profesión................................................................................................................4
horas
Ver
la cancha de baloncesto llena de maestr@s,
gritos de ánimo, aplausos, risas, compañerismo, miradas y sonrisas
cómplices.......................................................2 horas
Reencontrarse
con el grupo peruano a pesar de todas las dificultades y obstáculos,
e incluso en un último intento de perder las vidas en las carreteras
de estas tierras, abrazos en ahogo del que no llega, gritos de
alegría, paseo en el tren sin poder parar de contarnos
experiencias..........................................................................................2
horas
Equivocarte
de hora y salir del hotel en plena madrugada corriendo pensando que
os quedasteis
dormidos.......................................................................................15
minutos
Llegar
a Machupichu y ver sin poder
hablar.......................................................1
minuto
Llegar
a la montaña vieja tras un ascenso de dos horas, calor y poco
oxígeno... Llegar y observar, sin más
observar....................................................................................2
horas
Dormir
en un hotel de madera con velas e instrumentos musicales. Conocer a
quién se llama sueños y soñar en el que podría ser un desayuno
al más puro estilonavideño familiar con pijamas
incluídos.............................................................................10
horas
Vistas
desde el valle sagrado en
Oyantaitambo....................................................2
horas
Última
cena de grupo, vino chileno, aguacate, pan y "el uno" para
pasar el
rato........................................................................................................................3
horas
Sobrevolar
la paz y el lago Titikaka, montañas nevadas de alturas extremas que
tambalean con su presencia al minúsculo
avión....................................................1
hora
Última
noche de blanco, hotel blanco, comodidad ya inusual, saborear cada
minuto que queda, saborearlo de
verdad................................................................................10
horas
Y
a todos y cada uno de estos instantes aún hemos de sumarles los
momentos de presentación en los cursos, con todo lo nuevo que trae
el principio, caras, sonrisas, anécdotas, sensaciones,
sentimientos... TODOS aquellos instantes en los que un mismo
castellano usado de modo distinto nos hizo reir, aquellos en los que
apartamos los pupitres para darnos abrazos, en los que preguntamos
¿cómo se hacía allí? Y nos preguntaban ¿cómo se hacía aquí?,
las fotos para mostrarnos, las palabras para contarnos. Los cafés de
siestas a los que fuimos invitados, los intentos frustrados de hacer
capuccino, niñ@s que hablan sin temor, aperturas de sentimientos y
corazón, los "no te vayas" o "quédate", los "no
me voy" o "me quedo"....
Todo
unido al amor, al que vivimos por cada rincón que visitamos, al que
se nos coló en alguna ocasión sin esperarlo, al que vimos venir y
abrazamos, al amor por todo lo que vimos, oímos, tocamos, saboreamos
y en definitivamente sentimos... Suma un total de momentos
incontables. Sin saber cuántos días, horas, minutos o segundos
fuimos felices, hoy, más cerca de España que de Bolivia, sabemos
que sin duda la balanza está infinitamente más inclinada al HEMOS
SIDO INMENSAMENTE FELICES.
Ansios@s
por ver el mar, ponernos ropa limplia, abrazar a los que nos
esperan... Nos acercamos a Madrid. Nostálgic@s por todo lo que
dejamos y más aún por las personas que quedaron....Nos alejamos de
Bolivia.
Por
suerte hay momentos en los que las distancias se acortan, y como dije
el primer día del Blog, hoy Bolivia y España están más cerca que
nunca.
Agradecemos
a todas las personas que nos disteis la oportunidad de vivir esto,
sobre todo la familia, que habéis vivido cada segundo de esta
experiencia con nostr@s, esperando
pacientemente las llamadas y confiando en que todo estaba bien aún
cuando parecía que no.
Agradecemos
a l@s amig@s, que en vuestros veranos (más de una vez apetecibles),
sacábais un ratito para acordaros de nosotr@s,
para mandarnos una muestra de cariño que siempre viene bien. Gracias
por ponernos a prueba para saber que aquello era justo lo que
queríamos hacer y justo el lugar en el que queríamos estar.
A
todas las personas que nos han seguido y se han preguntado cómo
estábamos, esas que han disfrutado con nuestras fotos y narraciones,
acercándose a vivir con nosotr@s.
Agradecemos
sin duda a los bolivianos, a TOD@S, desde
la señora visualizadora de futuros hasta el siempre recordado
italiano, pero en general a Lidia, Aide, Marco y Jhonny, compañer@s
de viaje, facilitadores de momentos, generadores de cariño, AMIG@S
del alma.
A
Sergio, por aparecer de casualidad y quedarse con nosotr@s para
ayudarnos a sonreír con su eterna positividad, y de camino gracias
por recordarme cuánto puede vibrar mi alma.
A
AEPECT con quienes estamos deseando reunirnos para compartir todo lo
vivido y aportar muchas cosas que experimentamos en nuestra estancia
en Bolivia.
Pero
sobre todo, hoy, cierro el blog dedicando estas y todas las palabras
que escribieron mis dedos a través de mi corazón y con mis
compañer@s como el mejor apoyo y público posible, a PAQUITA.
Nuestra fiel lectora, la que ha tenido palabras bellas para mí
animándome a escribir incluso en carreteras nocturnas que invitan al
mareo. PAQUITA sé que tuvo usted una libería muchos años, y no sé
si conservará lugar aún, pero estos relatos hoy ,van para usted.
GRACIAS.
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