MMAA, GRUPO BOLIVIANO. TRATOS POR EL
BUEN TRATO. TRATO ROBORÉ: AMPLIACIÓN DEL CENTRO ESPECÍFICO Y
REFORMA DEL MISMO.
Roboré, famosa por sus aguas calientes
que sin saberlo nos avecinaban los contrastes que íbamos a vivir
aquella semana nueva que nos recibía con un calor sofocante pero con
el olor más cercano a Brasil y Paraguay que habíamos tenido hasta
entonces. Y un@ no puede dejar de preguntarse en cuanto se introduce
en esos hervores, cuánto de vivo está lo que nos rodea mientras
camina sobre arena mojada y es literalmente engullido
hasta la cintura para recibir un generoso masaje por la cálida
tierra viva. Cayendo el sol con la ya asomándose selva en todos los
alrededores, con 10 kilómetros de agua natural caliente, vuelves a maravillarte, creyendo que será la última vez, y por ello y tal
vez por la cortina de humo de insectos que te esperan a la salida, no
te parece que pueda existir mejor plan en el mundo que sumergirte en
el agua y abandonarte a la situación, contemplando escenarios
hermosos de risas escandalosas, niñ@s que hablan con adultos
desconocidos porque aún no fueron privado de ello, amantes
románticos envueltos por el apetecible ambiente... Y el "aquí me quedo" se vuelve a pensar, sentir, casi sin querer.
Pero como esa aún no era una opción,
empanadas, cervezas, la parte trasera de una camioneta con vistas a
las estrellas, también nos convencieron para salir de la sauna natural y entrar al que
sería nuestro nuevo hogar esa semana.
Y si el "Hotel las Lajas" nos
hizo incluso sentirnos culpables por alojarnos con esas comodidades,
pronto entenderíamos que lo mejor de aquél lugar no era el entorno,
sino ella... LOLA. Mujer chiquitana de enorme fortaleza camuflada con
una dulzura maternal que nada te hace sospechar de sus multitudinarias e interminables
reuniones nocturnas para cambiar el trozo de mundo del que se hizo
responsable. Mujer incesante en ganas de saber y conocer sin
comprensión de fronteras, en búsqueda amplia de soluciones
posibles, en bajarse a la humildad y pedir así como estar en la
generosidad y dar. LOLA debía poner en letra bien grande, bajo el
nombre de su hotel, el apellido "yo no me conformo", que
le ofrece esa enorme luminosidad a su vida, esas ganas de estar a
su lado por la suavidad de su respiración, esa necesidad de oírla
decir... "claro, eso haremos". Sí señora Lola, es usted
una inyección absoluta del querer es poder, y querer sin duda
queremos que la vida, en uno de estos días que uno no espera nada,
nos volvamos a reunir en una mesa conspiratoria bajo el humeante
café brasileño y las risas de los que nos sentimos libres en el sentir de que sí se puede.
Cada mañana que la luz se hacía en
Roboré, antes de que el sol comenzase a mostrar sus grandes
habilidades para hacernos sudar, podíamos comprobar el trato que
aquella tierra había hecho con el ser humano. Una calle asfaltada le
había cedido de espacio para montar aquél escenario, sin embargo,
la naturaleza siempre gana incluso cuando se pacta con ella (como debe ser), y tras
esa calle, cualquier intento de construcción era ocultado por la
desordenada selvática arboleda hasta hacerla desaparecer, quedando en
misterio sin resolver el final de cada calle que se abría a los
lados de la principal.
Misterios como el que te ofrece el
sonido de una cascada tras varias horas caminando al sol, esa
sensación que un@ tiene de oír cada vez más cerca el agua al que
buscas inútilmente con la mirada, aceleras el paso, las ganas del
descubrimiento se apoderan de ti imaginando el inimaginable
escenario, y de repente... ahí está, da igual si es la cascada de
San Luis o Las Pozas cercanas a Santiago de Chiquitos, misma
sensación, igual efecto. Ropa fuera, manos juntas, grito al unísono
y cabeza bajo el agua. Esa, esa sensación de purificación absoluta
cuando ese potente agua rompe en tu cabeza y te hace vibrar el
cuerpo, incomparable a ninguna otra, por suerte existen documentos
gráficos que recogieron esos momentos en l@s que los cuatro adult@s
convertidos en niñ@s disfrutaban más que nunca de un baño en el
agua tan salvaje como ell@s.
Retornos silenciosos con pelos mojados
y almas limpias, que te dejan ver en las alturas Paraguay y una
enorme extensión de árboles, tan grande como Andalucía, en la que
nadie vive más que los que han de vivir, fauna y flora. Vistas de
bosque que simulan un océano y reflexiones sentidas de nuestro amigo guía
sobre el espacio que tenemos nosotr@s para vivir en comparación con
el que poseen ell@s, nos dejaban sin palabras.
Y mientras Roboré trataba de
enamorarnos con sus encantos naturales, el calor asfixiante y el
horario tardío de los cursos, hacían nuestra labor algo más
compleja que semanas anteriores. Costaba terminar de comer y
trabajar, salir fuera a esas horas, mantener la tensión a punto,
estar separados cuando anochecía... Costaba, pero se hacía, y la ya
acostumbrada masiva participación en los talleres te invitaba a no
decaer. Nuevamente confesiones en la cena donde coincidíamos en la
mayor participación en las sesiones, la gran creatividad para las
actividades manuales, la hermosa humildad a la hora de aprender y
enseñar, y el trueque de experiencias de incalculable valor.
Lo que solo pueden logar mentes
pensantes y corazones que sienten juntos, hicieron posibles la
creación de un huerto sin terreno, hacer yoga a una monja, subir el
nivel de las matemáticas, y aprender la fabricación de útiles de
lanzamiento con reciclaje que desconocíamos... Ahí estaba, ya lo
teníamos... Curso encauzado, ambiente relajado, risa en los patios y
como no, grabaciones de momentos.
Y siendo justos, de todos los momentos
grabados, el que mereció un especial reconocimiento, fue sin duda el
conocer la "Educación Especial" de Roboré, que a petición
de la Alcaldía fuimos a ver.
Como de costumbre, cámara en mano y
expectativas en la habitación del hotel, llegamos a lo que llamaban
"Centro de Educación Especial", que en realidad lo
constituía un aula específica ubicada dentro de un centro
ordinario.
Uno puede imaginar las trabas con las
que est@s niñ@s van a encontrarse en cuanto ve el enorme escalón
por el que las sillas de ruedas han de subir y bajar a clase, la idea
completa te la haces viendo a las madres arrastrar las sillas por la
tierra quedando atrapadas en ella, y terminas de darte cuenta cuando
a pesar de todo ellas empujan a la vez que ponen las ruedas bien con
los pies y sujetan a su hijo para que no se caiga en lo que es... La
simple salida del colegio.
Nos preguntábamos si el poder superar
aquellos baches significaba que tuviese que pasarlos?
Porque a esa señora, a Flora, estaba
claro que los baches no se le resistían, ya los conocía, les sonaba
desde que no recibe los 1000 bolivianos que le corresponden por la
"discapacidad" de su hijo, está acostumbrada a ellos desde
que medica a su hijo sin revisión neurológica desde hace 10 años
por no poder costear un viaje de menos de 400 kilómetros, los baches
a Flora le suenan cuando ve los codos dañados de su hijo por una
silla sin protectores. Y bien señora que usted esté hecha de otra
materia que por desgracia algun@ de nosotr@s desconoce, pues al pasar
a nuestro lado, limpia nuestras lágrimas con su sonrisa, pero el que
sea usted capaz de superlas, no significa que tenga que vivirla.
Es@s niñ@s tienen el DERECHO A UNA
EDUCACIÓN ADECUADA, y si no pueden hablar o escribir, un sistema
alternativo habría de ser una opción, y querer salir al patio sin
temor a la burla debía ser un hecho. Pero en su defecto uno ha de
grabar en la tarjeta de memoria de la cámara y del corazón, niñ@s
que no llegan a la mesa porque sus sillas de ruedas no se lo
permiten, padres que esconden literalmente en sus casas a l@s hij@s
por vergüenza o temor, y otras muchas cosas que o te pasan deprisa y
pasas a otra cosa, o te dan de lleno y no puedes más que preguntarte
¿QUÉ HAGO?
Nos lo preguntamos nosotr@s, se lo
preguntamos al centro y a los responsables de arriba, esperamos que
empezando por el compromiso de la Alcaldía de revisar esta situación
y ponerse a ello y pasando por nosotr@s de hacer llegar esto donde quiera que haya de llegar, el trato de esa
semana, quede cumplido. Aquí queda hoy, el viernes en reunión con
la Gobernación veremos donde lo llevamos además.
Esta vez nuestro viaje fue largo y
nocturno, pero sin lugar a dudas el más agradable de todos. Un
pequeño tren alumbrado por la luna llena que nos presentaba la
naturaleza más salvaje en su estado puro durante 8 horas de
trayecto. La muela del diablo amenazante a metros de ti, cientos de
palmeras con vuelos de aves nocturnas, lagos inesperados iluminados
en su centro... La comodidad del asiento permitía dormir
plácidamente, lo hermoso del paisaje nos robaba el sueño en más de
una ocasión.
El día se hizo y la llegada se
produjo, como cada sábado, amanecidos en Santa Cruz, queríamos
disponer de nuestras merecidas 24 horas de descanso para partir de
nuevo, eso sí, rumbo a nuestras deseadas vacaciones, destino...
UYUNI; EL SALAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario