Llegamos a Cabezas de la mano de Rosse Mary, directora de
centro y segunda concejal del municipio. En la inauguración de los cursos
suenan algunas palabras de bienvenida en guaraní. Las autoridades y directores de los centros educativos
beneficiados nos reciben con los brazos abiertos, pues son pocas las ocasiones
en que los docentes tienen oportunidad de seguir formándose. Esto nos otorga
responsabilidad y nos da fuerzas para dar lo mejor de nosotros mismos durante
la semana.
En esta ocasión, cada tarde el grupo debe separarse pues
impartimos los cursos en localidades distintas: Flor en Mora, Fabia en Zanja
Honda, David en Cabezas y Palmira en Abapó. Son kilómetros de distancia de ida
y vuelta, tomando “trufis” y “flotas” que no siempre llegan a tiempo. Existen
algunos problemas organizativos debido a que nuestra llegada ha sido un poco
improvisada, ya que inicialmente los cursos de esta semana se iban a impartir
en otra localidad. Sin embargo todo se compensa con la calidez de Rosse Mary y
la presencia del concejal Rubén, que tratan de ayudarnos en todo lo posible. La
comida casera de Evi, y por supuesto todo lo aportado por nuestros alumnos en
los cursos, hacen que nos hayamos sentido acogidos y queridos.
El jueves parte del grupo visita la Unidad Educativa 21 de septiembre de Abapó, comunidad guaraní. El proyecto de huertas escolares lleva vivo más de cuarenta años en este centro que dirige Óscar Hugo Aramayo. Son huertos de cultivo ecológico, y el conjunto tan grande que sería más propio llamar al centro huerto escuela. Las plantas crecen gracias al entusiasmo y trabajo conjunto de alumnos, docentes, director, padres y madres. Más importante aún: los niños crecen en aprendizaje mientras hacen crecer las plantas.
Resulta emocionante que cientos de niños y sus maestros nos
esperen con tanta ilusión para mostrarnos sus huertas. Nos agasajan con cosas
tan valiosas como su sonrisa y productos de su huerta: bolsitas de hierbas
medicinales, platos de ensalada y una riquísima sopa de col y zanahoria que
comemos juntos. Visitamos algunas aulas también. Todo parece vivo en Abapó.
Cada uno de nosotros siente “ika viño
yeye” (estoy feliz); cada uno de nosotros quiere decir a cada momento “yasoropay!” (gracias).
Haciendo una entrega de libros |
Con Rosse Mary, Paul, padre Robert y niños del centro |
1 comentario:
Cuántas experiencias!!!!! Cuánta riqueza!!!!!
Qué alegría!!!!!
Un beso muy fuerte
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