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Vendedoras de yuca junto a la carretera
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El lunes, primer día del curso, llegamos al municipio de El
Torno y
descubrimos con pesar que una mínima cantidad de docentes hace acto de
presencia. Preocupados por ello, el día siguiente visitamos al distrital de
educación de la zona. El distrital nos explica, demostrando buen uso de la
dialéctica, algunos factores que pueden ayudarnos a comprender la situación. No
dejamos que el fuerte calor y la apatía ganen, todos ponemos de nuestra parte
para que los cursos sigan adelante. Así, finalmente dos de ellos, los de David
y Fabia, siguen en pie. Sin embargo, los otros dos cursos deben ser
suspendidos.
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Participantes de una actividad |
Flor y Palmira, que esta vez no pueden compartir su
experiencia con los profesores, deciden ponerle buena cara a la situación. Con esta
misma buena cara dedican el tiempo que les ha quedado libre a visitar escuelas.
Yovanna e Hipólito, de la gobernación municipal, les facilitan la búsqueda. En las Unidades Educativas Rafael Lara y Naciones Unidas, de El
Torno, les reciben con gusto y les dan la posibilidad de pasar un par de horas
con los niños. Los cursos atendidos en este tiempo son variados (desde nivel
Inicial-Infantil- a sexto de Primaria) e igualmente son variadas las
actividades que son llevadas a cabo con ellos. Como voluntarios, nos resulta
muy gratificante esta forma de conocer
de cerca la realidad educativa boliviana, en la que tomamos contacto con los
niños y les ofrecemos la novedad de nuestra forma de hacer.
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Puente colgante sobre el río Piraí
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Perezosa y su bebé en la plaza |
El Torno es lugar de paso, es un paso constante de vehículos
ruidosos, es un mercado constante, es un constante bullicio de gente. Sin
embargo, su plaza es agradable como todas las que hemos conocido en Bolivia. Pocos
metros más adentro de la carretera sorprende la tranquilidad salvaje del río
Piraí, un gran río ancho para nuestros ojos europeos. La otra orilla se
presenta con la belleza de una gran masa de árboles.
El viernes conocemos ese otro lado del río mientras nos
dirigimos a una unidad educativa. Ha llovido y el verde se muestra
especialmente intenso. Cruzar el río en vehículo tipo ranchera es en sí una
aventura. Por el camino vemos plantaciones de cítricos: naranjas, mandarinas,
limas, limones que se producen aquí y se distribuyen por todo el país. En esta
ocasión acudimos todo el equipo, los cuatro voluntarios, y con ello podemos
dividirnos para pasar clase con todos los alumnos de esta escuela rural. Virgen María Forestal es una escuela tranquila. Es un cuadrado absolutamente rodeado
de pura naturaleza: el lugar forma parte del Parque Natural Amboró.
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Foto de grupo en la Comunidad Forestal
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Niños de la escuela Virgen María Forestal
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Clausura de los cursos de David y Fabia |
La tarde del viernes clausuramos los cursos. Aunque el
número de alumnos sea escaso, pensamos que hay receptividad para que AEPECT
Solidaria vuelva al Torno con más talleres el próximo año. Los “profes” nos despiden
con un “viernes de k’jaras”. Cenar este asado de cerdo y maíz es una costumbre
boliviana que marca el comienzo del fin de semana. Para nosotros, marca el
punto final de nuestro voluntariado.
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Fuerza de equipo |
Hoy el grupo se separa. Sin embargo, sentimos que todos los
momentos que hemos vivido juntos en Bolivia nos han unido para siempre.
1 comentario:
Felicidades equipo!!!! Ha sido una grandísima aventura que hemos tenido el placer y la suerte de compartir con vosotros. Bienvenidos al grupo de los que se han dejado enamorar por este torrente de vida!!!!! Un abrazo gigante
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