04 agosto, 2007

Decálogo para el viajero de Uyuni a Laguna Verde

Cuenta una leyenda quechua que el volcán Tunupa era una mujer. Quedó embarazada de una montaña, pero el hijo le fue raptado al poco de nacer. Tunupa quedó tan apenada que lloró leche de sus pechos, aquella con la que debería haber amamantado a su hijo. Tanto lloró, que la leche se convirtió en el Salar de Uyuni.
Punto Primero: Sólo por ser esta preciosa leyenda el origen de un lugar tan extraordinario como el salar, ya merece la pena ser visitado.
Punto Segundo: Tener espíritu aventurero, lo cual implica no creer nunca que se ha visto todo y tener siempre la expectativa de que lo siguiente no puede superar a lo anterior. En definitiva no haber perdido la capacidad de sorpresa. Os aseguramos que lo siguiente siempre es espectacular.
Punto Tercero: Hacer amistad con el guía-conductor-cocinero. Es muy útil porque conoce sobre orografía, geografía, botánica, historia, etc. A poco que se hable un poco con él, también se tiene una visión del estado político y económico del país. Todo un tipo digno de estudio sociológico. Además el boliviano es muy amable. Sólo por eso ya es bueno conectar.
Punto Cuarto: El espíritu aventurero antes descrito incluye, de modo opcional, un poco de osadía y temeridad para bañarse en aguas termales a las siete de la mañana, y por supuesto un bañador. Por la noche, la temperatura desciende a menos veinte grados.
Punto Quinto: Se debe ir bien provisto de ropa de abrigo adecuada a estas temperaturas, lo cual incluye el inconfundible chullo.
Punto Sexto: Es muy conveniente un poco de inglés porque el grupo puede ser políglota. Al menos How are you? y It´s very cold.
Punto Séptimo: Olvidarse de los conceptos de luz y agua caliente durante tres días. Deben ser sustituidos por el de velas, candles si el grupo es políglota, o linterna en su caso, y toallitas húmedas. Con el frío tampoco son necesarios. El concepto de asfalto, se quedó en Potosí.
Punto Octavo: Tener paciencia y tolerancia con los guiris, porque... los españoles no somos guiris en Bolivia, según algunas opiniones. Lo que se quiere decir es que no somos gringos... creo.
Punto Noveno: Tener hambre para poder comer de todo y a cualquier hora. Como la luz es natural, nuestro organismo no está acostumbrado a cenar de día.
Punto Décimo: Tener buen humor durante las paradas en las que, para contemplar un paisaje maravilloso, el conductor-guía-cocinero nos saca del vehículo a pastorear un poco junto con los turistas de otros diez todoterrenos.

Si se tienen en cuenta estos diez puntos, se podrá disfrutar de tres estupendos días por el salar, las insólitas lagunas de colores, los soberbios volcanes y los áridos desiertos, y en las rutas se podrán ver rebaños de llamas correteando, adornadas en alguna parte de su cuerpo con lazos de colores, como una especie de ofrenda a la Pachamama. Sugerente, no?

Bueno, chicos, nos vemos en Viru Viru el próximo viernes. Los que os quedáis, seguid disfrutando de Bolivia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Magnífico decálago Paqui. En nuestro grupo por allí había un inglés, una alemana, un francés y una nortemericana, además de Mariví y yo claro. Así que viene de lujo para aprender idiomas también.
Un punto más al decálago:
Anexo: estar preparado para soportar en un coche 4x4 viejo al que no le funcionan los limpiaparabrisas, un temporal de campeonato que llegue a dejarte totalmente parado sin ver nada en medio de la nada y esperar a que llegue un camión y te saque, algo que sólo puede ocurrir en Bolivia.
Un abrazo amigos.