En un cruce de caminos, entre Potosí y Sucre, se encuentra Betanzos, pequeña ciudad hermana de su homónima gallega. La población es una gran parada donde se sube y baja una importante cantidad de personas para conectar a otros puntos del país y que es aprovechada para la compra y venta de todo tipo de artículos, lo que le da un toque de mercado étnico con mucha vida comercial.
Aquí hemos estado trabajando cuatro días, con muchos sobresaltos en cuanto a la organización, con dificultades, en algunos casos, para conectar con el alumnado, algo de desesperación contenida por esperas interminables en las reuniones previas con los técnicos del SEDUCA, pero con final feliz, si nos remitimos a las evaluaciones, a los últimos comentarios y despedidas y ,sobre todo, al ánimo de los miembros del equipo que formamos los cuatro de Potosí Norte.
Lola Fernández ha estado realizando su curso en el salón de plenos del ayuntamiento, Lola Moreno en un anexo al de la parroquia, Yara en una sala de "Educación Alternativa" (Educación para adultos) y Fernando en un colegio en las afueras del pueblo.
Conseguimos dar los cursos de "Recursos de Internet para Docentes" y "Dinámica de Grupos", no exentos de dificultades, sobre todo por las conexiones paupérrimas que había en los Ciber que utilizamos, pero superamos la prueba.
Mañana salimos para Macha en Bus. Se supone, que allí nos recogeran para viajar a Colquechaca donde impartiremos los cursos, y posteriormente a Pokwata. Tenemos serias dificultades para contactar con las autoridades, ya que en esa zona no hay teléfono y debemos hacerlo a través de radio. Hemos estado viendo los mapas, y en los alrededores de esa zona se ve dibujada una gran interrogación. No es broma: la nada, lo ignoto. Hay zonas en los que no se conocen la poblaciones diseminadas ni los habitantes que la pueblan. Pues allí vamos.
El ínclito Arturo, el técnico del SEDUCA que nos ha gestionado los cursos de Betanzos, parece que ha cerrado las negociaciones con los distritales de nuestros próximos destinos. No obstante, dada nuestra experiencia, no confiamos demasiado en las promesas que nos van haciendo. Da la sensación que en este país siempre se parte de cero.
Si no tenéis noticias nuestras en las próximas semanas no os preocupéis. Lo mismo es imposible.
Hoy dejamos la Ciudad del Cerro, lo vamos a celebrar en un bareto que tienen música local en directo. Un poco para gringos, pero de vez en cuando no viene mal darse un baño de vida europea, que tanto echamos de menos.
PD: En Macha, coindidimos con la Fiesta de Tinku, una tradición milenaria, en la que los aldeanos llegados de terrenos recónditos, se reunen en la plaza del pueblo, se ponen hasta las cejas de alcohol y chicha. Una vez ciegos, se pelean con puños, palos y piedras hasta derramar sangre (o algo peor), para fertilizar la tierra y darle gusto a la Pachamama. Sin concesiones. No sé si tendremos estómago para verlo.
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