14 julio, 2010

El Perú comienza en Tacna

Sabemos que sonará a excusa, pero si no hemos escrito antes no ha sido por vagancia (bueno, quizá algo así) sino porque no hemos parado desde que llegamos. Aunque nuestro anterior post indicase lo contrario, hemos hecho muchas más cosas que ver y celebrar el Mundial de fútbol (qué grande eres, Iniesta).
Teníamos preparados varios escritos, pero como nunca da tiempo a colgarlos y luego pasan muchas cosas más, haremos un resumen breve y conciso de todo lo que nos ha pasado desde que estamos aquí:
Como era de suponer (cuando algo puede salir mal, lo hace), el avión desde Madrid salió con retraso así perdimos la conexión con el bus que nos debía llevar a Tacna. Por suerte, en Lima nos esperaba Irene, que desde el primer momento se convirtió en nuestra madre (como buenos hijos, no le hicimos caso a todos sus consejos, como se demostró después) y nos guió y nos cuidó a la perfección en los días que estuvo con nosotros. Así que pasamos la primera noche en Lima, en un hostal que nos recomendó Irene, y compramos billetes de avión para viajar al día siguiente a Tacna; volver a comprar billetes de autobús suponía llegar a Tacna el viernes por la tarde, una auténtica locura, pues como después se vio, aún había muchos detalles que concretar antes de comenzar los cursos.
De ese modo, llegamos a Tacna el jueves a primera hora de la tarde, nos alojamos en nuestra residencia (no es precisamente el Ritz, pero pasable, sobre todo si estuviera un poco más limpio) y conocimos al gran Kilber, nuestro infatigable compañero y gran coordinador en Tacna. A partir de ahí, carrera frenética de reuniones, coordinaciones (la palabra clave aquí) que hemos continuado prácticamente hasta hoy.

Por desgracia, el viernes sufrimos el único incidente reseñable hasta ahora: a Juan le robaron la mochila con su portátil mientras estábamos tomando algo en una cafetería. Por eso decía, lo de que no siempre hicimos caso a Irene, pues no estuvimos todo lo atentos a nuestras mochilas que ella nos había recomendado. Además del mal trago que se pasa por sufrir un robo (Juan perdió el portátil y todo lo que en él llevaba, además del móvil de María y algunas otras pertenencias), tuvimos una secuencia de película de Almodóvar o Berlanga cuando fuimos a poner la denuncia: dos horas de reloj estuvimos en comisaría, respondiendo 80 veces las mismas cosas (a Juan le iba a dar algo), rellenando no sé cuántos papeles… Una escena surrealista, que vista con perspectiva, tiene su gracia.
El sábado todo el grupo, excepto yo, fue a ver Locumba e Ilabaya, las dos localidades donde se impartirán cursos en agosto. Viaje interesante, acompañados por Irene y Kilber. El domingo lo dedicamos a España y su incontestable triunfo.

El lunes por la mañana fuimos recibidos por el alcalde de Tacna y el congresista de la región que también pasaba por allí. Lo más increíble fue la gran cantidad de periodistas que cubrieron el evento; como se puede ver en la imagen, a Alberto lo trataron como si fuera el mismísimo Iker Casillas (eso sí, no se lanzó sobre ninguna Sara Carbonero por suerte para Mariví). De hecho, se ha convertido en toda una estrella mediática; además del montón de entrevistas que hizo ese día, el martes hizo otra entrevista en una radio de Ite y hoy ha ido a Radio Tacna.

Desde el lunes, hemos comenzado los cursos. Todo bien. El único problemilla es que, aunque hay muchos inscritos, hay bastante gente que luego no aparece por los cursos. Parece que una huelga de profesores que hay ahora mismo, está afectando al asunto.

Por último, contaros que el martes fuimos a Ite en dos carros que nos puso la Municipalidad (nos están tratando a cuerpo de rey). Un viaje muy interesante, a la vera del Océano Pacífico y disfrutando del paisaje desértico, como podéis ver en la imagen.
En fin, esto es todo por ahora. Sentimos haber tardado tanto en escribir y contarlo ahora todo tan deprisa, pero es que no hemos parado.
Prometemos informar con mayor asiduidad.
Saludos de María, Ángeles, Juan, Alberto y Luisra.
Un abrazo.

2 comentarios:

juanluru dijo...

Segundo intento:
Esto sí que es una crónica bien contada.
Una pena lo de Juan. Al menos nos servirá a todos de ejemplo.
Un abrazo desde San José de Chiquitos, donde nos cayó el surazo y, aunque no hace tanto frío como en Potosí, algo sí que cae.

DAVID ROSENDO RAMOS dijo...

Juan, lo siento de veras. Por lo demás me alegro de que todo esté marchando viento en popa, desde el sur de Perú al noreste de Bolivia se está haciendo un gran trabajo. Alberto, recuerda lo de pedir todas las entrevistas para nuestro "mediaspace" del intercambio. Muchos besos