13 agosto, 2016

Semana de cursos en San Miguel de Velasco


Después de nuestra semana de descanso, el lunes comenzamos de nuevo con nuestros cursos. Aunque en Bolivia se están asfaltando muchas carreteras, la movilidad que nos transporta aún pasa por pistas de tierra. Son horas de viaje, pero por fin... ¡Llegamos a San Miguel de Velasco!

Calles de San Miguel
Con Lidia y Marco, a nuestra llegada


Los cursos de esta semana se imparten en la Unidad Educativa San Pablo. Allí, las hermanas nos acogieron y nos ofrecieron lo que tenían, haciéndonos sentir "como en casa".

No es una semana fácil. Las aulas son pequeñas para la alta cantidad de participantes, y no todos los alumnos muestran interés. Sin embargo, el esfuerzo de muchos, y el hecho de irnos conociendo entre los integrantes de los cursos, hace que las cosas vayan mejorando según avanzan los días. Al final el curso se cierra con éxito. Los profesores quedan esperando nuevos talleres para el año que viene. 

Nos juntamos todos bajo el "tinglado" para hacer el acto de cierre de curso. Somos unas 200 personas entre los docentes (en esta ocasión, alumnos), el alcalde, Marco por parte de la Gobernación, y nosotros como voluntarios de AEPECT. Como anécdota, nos resulta curioso que se sortee un pollo asado mientras esperamos que comience el acto.

Creando, en el taller "Factoría de historias"
Participantes del taller de Fabia

Wisney usando mesa adaptada

El lunes, en compañía de Lidia y Marco, conocemos el centro de Educación Especial FASSIV (Fundación de Ayuda Social de San Ignacio de Velasco, en San Miguel de Velasco). Allí, hacemos una pequeña entrega de material por parte de AEPECT. Son zapatos ortopédicos que ayudarán a caminar a unos cuantos pares de pies. El próximo mes se completará otra entrega de material por parte de la asociación. Wisney lleva puestos sus zapatos nuevos. Está tan feliz con ellos que no se los quiere quitar. 

En una segunda visita al centro, nos sorprenden con un gran recibimiento: nos esperan gran parte de los niños, junto con sus madres, los concejales, y las trabajadoras del centro. El día es lluvioso y fresco, pero la bienvenida es muy cálida, con muchas palabras de agradecimiento. La unión entre madres y niños es palpable, forman una verdadera comunidad. Resulta emocionante conocer los avances de los niños, y la historia del crecimiento de este centro, que en parte se debe al apoyo de AEPECT, la asociación que representamos. Poco a poco, con el esfuerzo conjunto, con la fuerza constante de Nani y de las trabajadores del centro, hay mucho hecho.Y aún queda mucho por hacer.

Endulzamos los oídos de todos contando un cuento. Las madres, a su vez, nos endulzan con bizcochos y bocaditos que han preparado. Paula está guapa con su peinado de trenzas que se ha hecho para la ocasión y nos dice, inocente y coqueta, que hoy está "diferente". Lo mejor, sin duda, es pasar un rato jugando con estos niños tan especiales. Con el juego, nos acercamos y nos conocemos más: Daliana, Pepo, Kevin, Miguel Ángel, Lorena, Daniela...  Hoy no están todos, pero suman 74 niños y jóvenes que son beneficiados por este centro.


Foto de grupo durante la visita a FASSIV
Sonrisas mientras jugamos juntos

El viernes, después de una semana llena de trabajo y de emociones, esperamos el autobús de vuelta a Santa Cruz. Allí conocemos a Alicia.  Es una chica normal de 11 años, va a la escuela, le gusta leer y visitar de vez en cuando a su madrina. Está en la parada esperando la llegada de las "flotas" (autobuses), pues por las tardes se dedica a vender "cuñapé" (empanada de queso) que su madre cocina. 

Ángel de madera en proceso de tallado
Tradicional ángel chiquitano
Una de las tardes nos acercamos al taller de artesanía San Pablo, donde mantienen viva la tradición del tallado de la Chiquitanía. Vemos cómo trabajan los artesanos. Con destreza y a golpe de gubia, saben sacar ángeles y otras preciosas imágenes del alma de madera de cedro.


Nos gusta la visita al taller. Más allá de creencias, nosotros sabemos que esta semana hemos conocido a los verdaderos ángeles de la Chiquitanía: son los niños de FASSIV, son los niños que trabajan como Alicia. Estar cerca de ellos, vivir su realidad, nos da fuerzas extra para nuestra última semana de cursos, pues esperamos que nuestro trabajo como voluntarios sea un grano de arena que repercuta en la infancia.

Próximo destino: El Torno, provincia de Andrés Ibáñez.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que maravilla de post! Gracias de nuevo por compartir todo con tanto detalle. Es una delicia leeros. Vuestras caras, la de nuestros amigos y compañeros y los niños bolivianos lo dicen todo. Que siga la experiencia y disfrutad mucho. Un cordial saludo. Claudio

Carmen Montoro dijo...

Que alegría ver a los niños y niñas, maestras y mamás y papas de San Miguel y comprobar cómo nuestra escuelita especial va avanzando y consolidándose. Es el resultado de un proyecto lleno de ilusión y emoción, que contagia a todo el que se acerca a conocerlo. Gracias por compartir vuestra vivencia.

Ahmed Raha dijo...

Muchas gracias por compartir lo vivido y transmitirnos como le va a Nani y a tod@s l@s que integran (alumn@s, docentes y madres) su escuela. Besos para tod@s ell@s. Y a Paula, que siga siendo ella.