06 agosto, 2015

MMAA, GRUPO BOLIVIA. SEMANA DE VACACIONES.

Varios meses llevaba el paso a Potosí cerrado por inmensas huelgas, advertidos estaban de que sería imposible pasar y que aún en caso de entrar, difícilmente podrían salir, y las advertencias las guardaron con los recibo del vuelo del avión que los llevarían allí, el Salar sabía que cuando Ahmed quiere ir a un lugar, va; que cuando Marta siente que tiene que verlo, lo ve; y que cuando Álvaro sabe que fue hasta allí y está cerca, da un paso más.
Y eso hicieron mis valientes compañer@s, descubridores de tierras, viajeros sedientos de experiencias. Sin pensar, sólo con el sentir, se marcharon rumbo a lugares desconocidos, por caminos enterrados, frío extremo y alturas desafiantes a 4500 metros. Tres días estuve sin saber de ellos, aunque sólo telefónicamente, porque en el fondo de mi ser, sabía que todo iba bien, que estaban llenando sus almas de vivencias increíbles y paisajes inimaginables, para después hacérmelos llegar a mí.
Hoy los viajeros comienzan el regreso, poco a poco, sin prisa y disfrutándolo, con la sensación del "lo conseguí" y la memoria llena de recuerdos que perdurarán para siempre. Deseando estamos de que a su llegada nos cuenten y nos muestren esa maravilla natural que Bolivia esconde en forma de desierto de sal.
Esta vez a mí me tocó quedarme aquí, haciendo nada, ese es mi gran aprendizaje del viaje, sin duda. Y es que aún recuerdo las situaciones que en Madrid nos hicieron recrear, tales como querer irse por ansiedad, tener gastroenteritis, no ponerse de acuerdo con el grupo...Sinceramente, no puse demasiada atención en la resolución de la situación, pues no imaginé que algo así me fuese a ocurrir a mí, en ese momento yo sólo temía morir estrellada en un avión.
Pero ahí me encontraba, en las emergencias del mejor hospital de Santa Cruz, que la teoría de todo lo relativo que tiene esta ciudad, me hacía sentir insegura. Ahí andaba con el sonido de una sala de espera inundada por ventiladores que hacían aún más insoportable mi frío, advertida de la posibilidad de que algún mosquito me hubiese causado una enfermedad, con miedo, incapacidad de sincerarme con mi familia, con el malestar de días acumulando temperaturas desconocidas para mí, ahogada en paños de agua, paseo en el patio del hotel... Recuerdo que levanté la cabeza que el desconocido conocido Sergio me sujetaba, miré por la puerta y vi a Lidia preparada para la cena familiar que había tenido que cancelar, y a mis compañeros, cansados, hambrientos, esperando con la mirada perdida y la preocupación tratando de despreocuparse. Los miré y respondieron a mi llamada de auxilio con esa sonrisa tranquilizadora del "todo irá bien" y entonces, justo entonces, de nuevo cerré los ojos y respiré mi suerte del saber, que aunque no quise verme en aquella situación, tenía la mejor de las compañías, el mejor de los tesoros. Sé que es algo que suele decirse y en ocasiones pierde el sentido o la intensidad, pero fue una de las sensaciones de gratitud más grandes de mi vida, porque si algo me hacía no desesperar, sin duda era ell@s. Si marta no me hubiese calmado en las noches que lloraba con sus caricias, si Ahmed no hubiese detenido los comentarios alarmantes sobre mi salud a la gente ni me hubiese abrazado fuerte, si Álvaro no se hubiese mostrado tan positivo ante los resultados ni me hubiese tratado de hacer sonreír pese a todo... Yo, sinceramente ya hubiese cogido el avión de regreso, sin quedarme a ver qué hay aún para mí aquí, que nos queda a nosotr@s.
Y nos quedaba mucho.
A ellos una semana de prueba física y mental dura, con un regalo natural sin precio, de incalculable valor.
A mí una semana de autocontrol y autococuidado, que de ninguna otra manera hubiera podido aprender igual.
Así, que a pesar de que aquella mañana nos costó a tod@s tomar la decisión, a ell@s de irse, a mí de dejarlos marchar, nuestro amor propio y hacia el grupo fue mayor que cualquier situación posible, y hoy, con buenas noticias a ambos lados del teléfono, superados los fríos y alturas y con fronteras abiertas, así como con las primeras 24 horas sin fiebre, iniciamos el viaje que nos llevará de nuevo a encontrarnos, deseando darnos un gran abrazo y volver a saltar al unísono.
Mientras, hoy yo dedico el día de las fiestas patrias a esta patria que tanto me está dando y sin duda a lo vivido en ella, incluido y más aún, esta última experiencia, de la que sólo puedo dar las GRACIAS.
Gracias a mis compañer@s de viajee por haber tenido el valor de irse sin mí, por sus cuidados, apoyo y sobre todo de haberme tenido en mente y corazón continuamente. A todas las personas de AEPECT, que a través del teléfono me dejaban bonitos mensajes, calmaban mi mente y me acercaban la normalidad que tanto necesitaba. Lidia, por hacerme sentir en casa acompañada. A mi familia por su sosiego y calma, por pedirme que no me fuese y ayudarme a no perder el sentido de mi viaje, amig@s por el apoyo y confianza, y sin duda a mi narrador de historias nocturnas para no dejarme pensar, velador de mi temperatura, creador de zumos y remedios insufribles, acompañante de comidas y de paseos en este pequeño patio. El que escuchó más veces "me voy a España" pero que menos me creyó, el que sin pretenderlo me dio razones para quedarme a esperar a ver qué ocurría.... Y aquí andamos, a ver qué ocurre.
Y lo que está ocurriendo es que la vida nos pone pruebas, las que cada uno necesitamos, para aprender, ese fue uno de los motivos del viaje, y por ello, en el fondo, estamos agradecidos de haber vivido esta situación y haberla resuelto, queda pendiente para el simulacro del año que viene!

Y dicho esto, hoy me doy el alta ya sana y mis amigos cruzan las fronteras acercándose a Santa Cruz, para reiniciar el viaje... ESO SÍ, ESTA VEZ TOD@S JUNT@S.

MORALEJA: LAS PRUEBAS DEL VIAJE SE QUEDAN, SE AFRONTAN, SE SUPERAN Y PASAN. MARCHARSE, ÚLTIMA OPCIÓN.

1 comentario:

olguita dijo...

Oleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee esa moraleja!!!!!!Felicidades!!!!!! gran grupo, deseando veros, sois los mejores!! desde mi Cadiz y viajando mañana para vuestro MArruecos, os deseo una gran semana en San Miguel!! Mil besosssss olga